sábado, 27 de junio de 2020

La senda tras la tercera
El camino hacia el reconocimiento de los persistente en el encarnado flujo
la incistencia no ha sido burda, oh amigo mío pero tu coraza está mellada y tu consciencia en derrota.
Acompañado de tus imrecisiones, oh hemos de ser bienvenidos al ritual de la presencia.
Aunque sea solo un inmpulso creativo, húndete en él hasta que tu voluntad sea ferrea y tu contancia
inquebrantable. Sal de ese entuerto nimio, es el momento del salto a habitar por comppleto
toda la sangre roja entera recorrriendo los pasajes inhabitables conectoras de los niveles
para el acceso a dichas realidades has de disxciplinar lo que pausa.
Ya en tiempos de que lo suficiente se ha tornado conspicuo no podemos sino verter las esperanzas
en aquello único y potencial que poseemos, cuerpo, alma, consciencia, escencia, huellas, legado, amores,
pesares. Música, porfavor con cantos y manantiales, manjares y recuertdos de revueltas y fraternos abrazos
constantes unos otros fugazes. ¡Si claro que habitamos este valle y somos centenares!
Me presento, nuevamente, perdone lo intransigente en decir llanamente que el influjo de mi símismo
anduvo disperso y disociado, ha costado ir trayendo las oscilaciones que reverberan en una clase de inocente dispersión
con una lamentable negligencia en hacer ver el potencial interno, delegando al mundo emocional un espacio
exagerado para determinar el cumplimiento de metas tanto personales como impesutas. En fin
El sendero, largo, ha traído a lo largo de 3 décadas a aun espacio donde existe una paz vigilante
es decir, el real daño no ha sido realmente atendido pero gran parte de los enemigos han sido o
diezmados o estan vigilados en su actuar. Llamemoslo actitudes inhibitorias, constantes brotes de sombra parasitariamente
aferradas al comportamiento ligando máscara, alma y línea de razonamieto, ¡que entuerto!

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