En ese indistinguible trayecto, ese momento exacto de partir desde el bar
a los parques y ojalá las nuevas aventuras
asomó una funda de violín desde el hombro de quien caminaba adelante nuestro
dejando ver su contenido.
Nos detuvimos a observar y vimos el rostro de la vida estremeciéndose
Era el drama y la comedia
el dolor más profundo y el placer inequívoco
de un botado de bellavista quien escuchando como, otro habitante de bares
se detuvo a interpretarle música clásica
Y, en su rostro, intransigente canalizador del absurdo existencial
transitaron todos los momentos de nuestra existencia
domingo, 14 de junio de 2020
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