¡Aquí te esperas!

En las regulares visitas médicas o laborales, el mandato era uno
¡aquí te esperas!
A veces podían ser 10 minutos y algunas llego a ser hasta tres horas.
Supondrán que a sus 4 años los juguetes duraban un rato de entretención.
Así, conoció a la secretaria de la consulta, a la tía del kiosko del colegio.
Al tío que cuida los autos y aprovecha de barrer durante el día.
En vez de quedarse en la tele o bajo ojo atento de algún cuidador furtivo
¡nunca hizo caso!
pero en estos viajes descubrió cosas como que por ejemplo
para que te hicieran descuento en la peluquería tenías que saber
copuchar de lo lindo con la señora Mayí.