domingo, 20 de septiembre de 2020
me componene imágenes, cantos y recuerdos
he venido a retomar la misión que en otras vidas dejé de lado
algunas imagenes se fijaron en mi y se proyectaron de manera confusa hacia mi corazón, atrayendo energía densa
algunos eventos de esta encarnación, me aproximaron a la autocreación de eventos karmáticos
dañando a otras personas, dañándome a mi mismo, enterrando la información sobre mi mismo en lo profundo
donde habitaba el miedo, la ira, la desesperación y la congoja. YO SOY
y con la volúntad del creador, manifestándose a través de mi, puedo entender que estos eventos ya han sido cancelados
que mi existencia consta de una sustancia única que se asemeja a la de mi Yo superior
donde me envuelve una corona plateada tras mi cabeza, y mi luz azul enviste mis ropajes etéricos
donde estoy listo para la batalla, con suma agilidad en movimiento, con una capa hecha de luz, y un escudo compuesto de cristal de cuarzo
El escudo redondo, en mi brazo izquierdo, no es desproporcional a mi tamaño, que siempre ha sido similar al que tengo actualmente
Mi cuerpo físico cesa su crecimiento en mis adolescencias, permitiendo que se desarrolle en mi un cuerpo etérico firme
una oportunidad de clarividencia y espiritualidad, que se manifiesta a través de las experiencias emocionales de mi entorno
que entran y se fijan en mi como si fueran mias propias.
Aquí y ahora me libro a mi mismo de la culpa de todos mis padres, permitiendo que sanen de todas las penas y cargas
La imagen de una mirada atenta en mi, se asemeja a la mirada fija, incontrarrestable y suave que posee Krishna en sus distintas manifestaciones
es una presencia tanto masculina como femenina, que ha custodiado mis pasos permitiendome reencontrarme con mi labor y oficio
que por el sufrimiento de eventos kármicos de vidas pasadas, estaba dormido. Aquí y ahora decreto que el despertar no tiene camino de retorno
Mi cuerpo de luz dorada y blanca, tiene la misión de completar el saneamiento energético, que dará paso a la reconfiguración celular de cada una de las moléculas que componen mi cuerpo físico, creando entre ellas un espacio donde ingresará mi propia luz azulada, emanada por la piedra
que contiene la información sobre los registros de mi Alma.
Soy Diego Salvador Romero Padilla. He sufrido toda mi vida. He querido estar muerto, y he renacido en la fé con Cristo y en Miguely Gabriel, mis guardianes personales, que yo sigo a la batalla desde tiempos inmemoriales, combatiendo a aquellos que en su libertad de acción han permanecido dormidos y atando a otros en sus tinieblas propias. Mi escudo permite derrumbar toda falsa imágen, mi espada empuja la oscuridad de vuelta a la eternidad, impulsada por la fuerza del Arcángel Miguel, que me brinda la fortaleza para combatir las tinieblas y ser un agente de transumutacion para los grupos humanos dedicados a sanar, ya que la oportunidad energética de atraer luz, deja una ventana abierta donde la duda permite que ingresen energías etéricas de otros planos. Soy un portal de activación galáctica, toda mi vida he sentido un llamado al conocimiento, al amor, a la empatía y la compasión. Mi alma no tolera más seguir vistiendo ropas antiguas, vestido en el amor que me ha permitido llegar hasta aquí abandono toda miseria y rebeldía. Asumo la disciplina de seguir vivo y perdonarme, para que cada quien que camine su existencia junto a mi, física o emocinalmente, pueda tener una oportunidad de reencontrarse con su Yo superior. Todas mis existencias llegan al momento actual
en mi ya no hay dudas, solo agradecimiento de tener la oportunidad de devolver aquello que me fue otorgado, con 7 veces 7 el amor que lo recibí.
Que mi cuerpo corazón y alma, estén alineados y con su fuerza divina, rompan todo eveto kármico preexistente tras mis actos. Amada luz preexistente que irradias vida desde la fuente, te honro y tu luz volverá a brillar en esta tierra.
martes, 1 de septiembre de 2020
quien se apareció, tras el pequeño sendero, en una abertura, siguele siguele.
Conejo blanco. La bienvenida por rostros impresos en cortezas, siente la ligereza de tus pastos
precedidos por la espesura de un cesped; no recuerdas momento de tal cordura.
La mirada, imprudente buscando la apertura de uno que otro portal.
Siguele, siguele, que ya apareció.
Viaja y aléjate, que el efecto furibundo no sostenga el deseo de evaporarte en un suspiro
de ademanes donde no caben los caminos sino solo las certezas.
Se caen los tejados sobre desventurados e imprecisos hombres de falso compromiso.
Falsa fantasía, furibunda agonía. Recíbeme,
oh incierto antes que del sendero encuentre otro tropiezo.
No lo había notado pues hace rato que caía, no encontraba raiz ni abertura para mis garras truculentas
A quién sigo ahora, oh sino a mi desmedida mesura.
Ya que está a la vuelta del encuentro la valentía de sentirme dispuesto.
Si spueras mis dolores lamentarías el momento en que fuiste una de mis últimas visiones.
pues salí de la tercera dimensión y el portal galactico me transporto entero en un hombre
habitado por todas mis existencias
dispuesto a la imprudencia de que la persecución siempre fue circular.
Estaba siguiendo mis pasos y he aparecido en buena hora, para extender mis manos en reverencia a
todo aquello que no sea un buen consuelo para antes de tocar suelo.
Y me sumerjo, pues los planetas celestiales eran de eter y astrales,
me mecí en esos lugares cuando el desconzuelo y sus azares, puso todos y absolutamente
todos los paisajes en mi mirada, y la visión me encandilo
los sonidos exacervaron y mi demencia aplacó en una pulsación eterna, danza. danza
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