Amagando la prudencia aparece el roído pesar
de lidiar con un tejido de pieles y sedas
viajan largos tramos antes de vestirte
piden estragos entre una fantasía y otra
es fuerte consentir un letargo
incierto en su tiempo en su dicha y su silencio
Pueden ser entrañables los instintos
deseables inventos para mancomunar aciertos
si es cierto lo quiero impregnado
si no fuera tal mejor dejá la vida pasar
el ímpetu ha sido demaciado para contuniar errando
el hambre voraz
el saciado sabor de creer en los sentidos
continúan siendo las miradas motivos de podios y paredónes
no cambia el insesante sonido del ciclo cumpliendose
entonces, llamo al acuartelamiento a ese animal sediento
invoco el eco que me hizo sentir mi vacío
junto al tuyo, seguirá este recuerdo
envuelto en suavidad
no hace falta más violencia
lunes, 28 de septiembre de 2015
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