domingo, 11 de abril de 2010

La fragilidad de las palabras disfraza sutileza hierve en mi cabeza
Esperando en vano, se acercó a mi con animos apiadados.
siempre esperando hacer lo correcto, me hundo incierto.
Lo dicho florecerá, inundando mi apatía
Hoy mi cuerpo llora ingenuo.
En auxilio los amigos llaman, pero todos viviendo ensimismados caimos ebrios.
Enamorado vi como mi juicio arde
los males pasan, los años pasan.
De cualquier manera, no creeré todo lo que me digan

1 comentario:

Trinidad dijo...

Uff, esto era lo que necesitaba para mi mente poner a funcionar, algo de inspiración original que no caiga en las palabras lindas que todos suelen amar, si no que con algo de crudeza poder la vida mostrar, sin ocultar nada, sacar los tabús desta ingrata y amada vida, casi puedo sentir los minutos recorrer el cuerpo arrojado al viento de la inspiración, siempre un gusto poder leerte querido Dieguito.

Trini