sermones
hechos
el error del deambular noctámbulo
en mi pecho arde un amor que no late
pues se fue el amor de padre
de abajo ve crecer el mar en la tierra
todo lo quiero ver arder
¿cobijo?
el mio el tuyo el nuestro esta en los cielos
el de la tierra es un desaire

noches enteras he llorado tu partidano se si escuchas desde tu eterna nada
pero confieso que el delirio esta aquí
y yo aqui al filo
sin bailes que entregar
totalmente hundido
Mamá África
me haces temblar de pena y miedo
¿serán estas las noches que soñé?

en esta opción no tuve barreras
aceleré y me alejé de mi hogar
estoy queriendo querer volver
de acá huelo que se viene una primavera tenue
con olor a flores y cantos sin bailes

Antes cantaba de a dos
ahora le canto a una que no oye
antes daba de comer
ahora abandono a mi amigo en la ruta
antes mi papa me daba cobijo
ahora quisiera que él estuviera muerto
no sería tan distinto
no estaría despierto soñando utopías
me enseñaron el valor de creer en la tristeza
en el regoxijo de la carencia
¿Donde me he venido a caer del sueño?
quisiera un compañero de ruta que entendiera estos calores sin fuegos
uno que me viera y llorara mis penas y estuviese dispuesto a dar el tiro
es tedioso saber que no vas a ganar (cayó otra más)

estó dejo de ser un mar
se volvio los mares
se volvieron viajes
dejé de ser humano y me volví chacal
deje de lado mis letras y escribí un diario
sin fechas de hitos, solo con grutas y cavernas con exploradores perdidos

el misterio se vuelve una fuente inagotable de experiencias
hoy me encuentro con mi realidad alterna: volví a encontrar algo perdido
quiero pontenciar bien ciertos criterios de mi sensibilidad sin dejar de lado el hecho
que es para ser feliz que estoy en este mundo
extraño mucha gente
pero ellos no me extrañan a mi, motivo por el cual
se torna cruel el olvido
y el refugio tiene goteras.

fuerte me quedo estableciendo un ancla
siembra que poco dejas
tierra que fértil eras
manos que trabajaban firme
es tiempo de volver a mi cuerpo
es tiempo de volver a mi centro
es tiempo de dejar de lado ese dolor
que para este fin
nada es